jueves, 15 de abril de 2010

Dentro de la burbuja

Todas las madres aman a sus hijos; a algunas se les va la mano en sobre protección y encierran a sus retoños en burbujas imaginarias para que nada les haga daño y no tengan que saber sobre el mundo violento, hostil e injusto que los rodea y estos niños crecen ignorando cómo es la vida aquí afuera.

Si llevamos este caso a proporciones mayores, nos encontramos con países que han tenido a su población entera dentro de la misma burbuja, tan gruesa y fuerte que ni la información más punzante la puede atravesar. Sin embargo, hay una diferencia entre estos ejemplos: las madres lo hacen por amor, los gobernantes por pura represión.

Es más fácil gobernar a un país cuando sus ciudadanos son ignorantes y no están conscientes de los acontecimientos que los rodean; es por esto que muchos dirigentes vendan los ojos y cubren los oídos y bocas de su pueblo.

Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética cubrió su territorio, no con una burbujita, sino con un caparazón de metal y durante 50 años los soviéticos pensaron que era normal vivir todos con las mismas condiciones, en casa sencillas, ropa humilde y sin ningún lujo. Todo parecía perfecto, pero la percepción cambio gracias a uno de los mejores medios de comunicación, la televisión, que le abrió las puertas al mundo para todas las personas y los soviéticos comenzaron a preguntarse "¿Cómo es que en otros países la gente vive en mansiones y tiene autos modernos?"... Así, la información atravesó el caparazón y contribuyó con la caída del comunismo.

Hoy el televisor es casi obsoleto y es muy sencillo censurarlo. "No me gusta su noticiero, dicen cosas que van en contra de mi ideología y me puede asustar al pueblo; los voy a cerrar". ¿Les suena parecido?

China tiene millones de páginas de Internet prohibidas y ningún cuidadano tiene acceso a ellas. Son prohibidas por que en su contenido se encuentran palabras que para nosotros son comunes, como derechos humanos, democracia, igualdad o Tíbet y las personas son encarceladas por diseminar sus creencias o información a través de páginas web.

El Internet, que en algún momento fue el mejor lugar para expresarse, se ha convertido en un mundo hostil, donde hay que andar con zapatos de lata, por que si se comenta algo que pueda llegar a enojar a alguno de los presidentes "sobre protectores", podríamos termianr en prisión, con el sello de presos políticos estampado en la frente y ninguna huelga de hambre nos va a salvar.

El que los pueblos se alcen en protestas, marches miles de personas manifestándose y algunas hasta mueran en altercados luchando por sus derechos, parece no importarles a aquellos que utilizan la mordaza de la censura para acallar las voces que exigen libertad de expresión.

Cada día cierran un nuevo canal de televisión, un periódico o prohiben una página en Internet. Todos somos comunicadores pero nos estamos quedando sin espacio para contar lo que sentimos y opinamos.

Ahora solo quedan unos cuantos blogs, periódicos y redes sociales, pero conforme la burbuja "sobre protectora" que filtra la información vaya creciendo, las voces se irán apagando y a menos que desarrollemos la habilidad para comunicarnos telepáticamente, será cada vez más difícil dar nuestra opinión y lograr reventar la burbuja de la opresión.